Álex Quiñónez volvió a retirarse del atletismo 



Álex Quiñónez, se destacó en Londres 2012, pero después su preparación fue irregular, con prolongadas ausencias y pocas competencias internacionales.

 El momento que vive Álex Quiñónez es complicado. La falta de dinero le alejó de las pistas y ahora trabaja con su tío arreglando motos. Incluso vendió su vehículo, un Tucson 2009, para cubrir los gastos por la enfermedad de su hija Alexia, quien el próximo 16 de septiembre cumplirá dos años.

Su aspiración es volver a los entrenamientos sistemáticos y reaparecer en una competencia oficial. Su reciente carrera fue en el Gran Prix de Barranco, realizada el 3 de octubre del 2015 en Lima, Perú. Allí obtuvo la medalla de plata en los 200 metros planos. No se entrena desde la segunda semana de noviembre del año pasado.

El finalista de los Juegos Olímpicos en Londres 2012, en los 200 metros, está decidido a someterse a cualquier disciplina que se le imponga. “Si me dicen que voy a tener todo, que recibiré apoyo económico para ayudar a mi familia, me voy aunque sea a China y me rijo a las reglas que sean”. Según Celso Cortez, director del Departamento Técnico Metodológico de la Federación Deportiva de Esmeraldas, el Ministerio del Deporte está presto para ayudar a Quiñónez en su preparación en el exterior. Sin embargo, “si no aparece en los entrenamientos nada se puede hacer”.

El lunes pasado, Cortez se reunió por segunda vez con delegados del Ministerio del Deporte para tratar el tema de Quiñónez y de otros deportistas. En su criterio, las gestiones no han faltado y se lamenta porque pasan los días y las posibilidades de una clasificación olímpica se reducen.

En agosto del 2015, el técnico Jorge Casierra (con quien el velocista fue séptimo en los Juegos Olímpicos en Londres 2012) retomó su preparación tras la salida de la estratega cubana Yosvania Molina. Pero “no era constante en su asistencia a los entrenamientos, me decía que no tenía recursos para movilizarse y luego ya no contestaba su teléfono”.

Casierra considera que los descensos de categoría en el Plan de Alto Rendimiento afectaron al atleta. El 2013 estuvo en el grupo A, el año pasado bajó al D y este año se ubica en el E, cuya beca es de un salario básico unificado (USD 366). La categorización depende de los éxitos internacionales.

Manuel Bravo, presidente de la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA), recuerda que hace dos años se hizo un llamado de atención por escrito al seleccionado para que se entrene disciplinadamente. Luego se realizó un seguimiento. Pero “ponerle una pistola en la cabeza no podemos. Cómo obligarle a un corredor de 26 años”.

Casierra, quien formó al atleta, se convirtió en su segundo padre. Pese a ello, expresa Bravo, no ha podido cambiarle la perspectiva de la vida frente al deporte. El dirigente espera que reflexione y vuelva a las pistas, porque con sus condiciones ya debería estar clasificado a los Juegos Olímpicos. Además, aclara que la categorización la hace el Ministerio del Deporte con base a un reglamento de calificación.

Quiñónez asegura que desde hace dos días está trotando y asistiendo al gimnasio en Esmeraldas. Mientras conversa telefónicamente con este Diario se escucha música disco de fondo, en alto volumen. Él insiste que no tiene dinero. “Debo pagar la luz, el agua, necesito plata para dar de comer a mi mamá y a mi hija”.

El campeón sudamericano de las pruebas de 100 y 200 metros no descarta la posibilidad de competir en el Gran Prix de Atletismo, que será el 26 y 27 de marzo en Cuenca. “Si mi familia estuviera bien entrenaría y buscaría la marca, porque tengo las condiciones. Las marcas exigidas son de 10.16 y 20.50, en los 100 y 200 m.

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https://youtu.be/9aFVqY5ZDo0

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