Lcdo. Adolfo Coronado Windsor, entrenador de natación |
Adolfo
Coronado Windsor, hoy piensa en dos cosas que lo entristecen hasta el llanto:
su muerte y dejar Esmeraldas, la tierra que lo acogió hace 16 años y donde
aprendió a comer tapao caldeado. “Pero no el arrecho, sino el del pescadito
pequeño con hueso y hervidito con verde”, aclara.
Al morir no
desea estar en un lugar específico, ya que su corazón está dividido entre los
países donde ha sido entrenador: Costa Rica, Honduras, Bolivia y Ecuador donde
nació hace 73 años y desde ahí se ha paseado entre las piscinas. Su amor por la
natación empezó en su juventud cuando fue parte del Club Sport Emelec.
Desde esa época es hincha del ‘Bombillo’, para recordarlo, porta un anillo con el escudo del equipo que le permitió estar entre los preseleccionados de Ecuador en la década de los 50. Su corta edad, afirma, le impidió estar entre los seleccionados.
Sigue nadando
Aquello provocó una pequeña desilusión y obsesión en su vida; no dejar más las piscinas y estar con los seleccionados. Hasta hoy el deseo se mantiene. Para no olvidar sus tiempos de nadador, todos los días, de 05:30 a 06:00, nadan entre 500 y 1.000 metros.
Luego inicia
la jornada de entrenamiento en el mismo lugar de hace 16 años: la piscina de la
Federación Deportiva de Esmeraldas.
“Este lugar es como mi casa”, comenta con orgullo el entrenador de la Selección de Esmeraldas, quien rompió el tabú de que la estructura ósea del hombre negro no es apta para la natación. “Eso puede ser verdad, pero la técnica es hacerle crecer los pulmones y el corazón”, revela en parte su estrategia.
Aquello le permitió formar a nadadores como Juan José Ayoví, el primer negro esmeraldeño de su categoría en ganar un sudamericano. También formó a Carolina Cedeño con descendencia negra, la que aún ostenta el record nacional de 100 metros mariposa impuesto en 2006.
Piscina
con su nombre
En la lista están, además, las hermanas Dara y Sharon Bravo, campeonas nacionales, y Boris Reyes, que ha roto varios records en el Ecuador y ha destacado internacionalmente. “Siento que lo he dado todo a Esmeraldas. La verdad ya me siento cansado”, dijo con nostalgia el entrenador, que este año posiblemente deje Esmeraldas.
Su destino será recorrer algunas ciudades del mundo. Lo mismo desea que ocurra con sus cenizas cuando muera. Por eso ha dicho a sus familiares que lo cremen y esparzan sus cenizas en todas las piscinas donde han trabajado de entrenador.
En el grupo posiblemente de piscinas esté una donde se plasme su nombre. “El Presidente de la República, me dijo que se hará una piscina en el complejo de San Rafael de Esmeraldas y que llevará mi nombre… sería un gran honor para mí, porque siento que lo di todo”, comentó el hombre de carácter templado.
Carácter
templado
El temperamento de Adolfo Coronado Windsor, que siempre tiene en su mano un cronómetro y luce la ropa de la selección de Esmeraldas, no ha sido impedimento para que sus alumnos expresen su amor y respeto.
Una muestra de amor ocurrió ayer cuando, escucharon en una entrevista que posiblemente hasta finales de año deje la tierra donde su formación de entrenador, permitieron que nadadores esmeraldeños bañen de oro a la ‘Provincia Verde’.
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